Estados Unidos solicitó a Honduras la extradición del expresidente Juan Orlando Hernández, sobre quien pesan acusaciones por narcotráfico, informaron hoy fuentes oficiales.
El exmandatario, que tuvo dos períodos al frente del país centroamericano, anunció esta mañana que está dispuesto a colaborar con la Justicia, para lo cual debe aguardar a que la Corte Suprema designe al juez que entenderá en el pedido de extradición.
La residencia de Hernández, que entregó el poder el 27 de enero pasado a Xiomara Castro, amaneció hoy rodeada de un fuerte contingente policial instalado desde anoche, cuando trascendió el pedido de su extradición.
El secretario de Seguridad, Ramón Sabillón, calificó hoy como «sustancial» la cantidad de droga traficada por la que Estados Unidos acusa a Hernández, y amplió que la orden de extradición señala al exmandatario por cuatro delitos, que incluyen narcotráfico y tráfico de armas.
«No se trata de cinco kilogramos, como es el caso de los otros que han sido llamados en extradición, no, son más de 100 kilogramos una cantidad considerable, bastante fuerte», amplió.
El funcionario, además, afirmó que la flamante presidente Castro ordenó que se cumpliera la ley en todos los términos y pidió estar permanentemente informada del desarrollo de los acontecimientos.
«Un expresidente extraditado es un hecho vergonzoso para nosotros como país”, lamentó Sabillón.
Un país convulsionado
El abogado de Hernández, Hermes Ramírez, denunció que su representado está siendo objeto de «atropellos» al ser rodeada su vivienda por el cordón policial, impidiendo el acceso de sus asesores.
Decenas de personas llegaron con pancartas para celebrar frente su residencia. En tanto, en otras ciudades del país, hubo gente que salió a las calles con altoparlantes que emitían a todo volumen con una pegajosa canción que versaba «Juancho va para Nueva York», según videos que circularon en redes sociales.
La Corte Suprema de Justicia (CSJ) de Honduras designará hoy al juez que deberá resolver la solicitud de extradición.
El exmandatario, no obstante, anunció a través de un audio publicado en su perfil de Twitter su decisión de entregarse a la autoridad judicial que sea designada.
«Son las 5:44 de la mañana, les mando un mensaje a todos los que me han acompañado con sus oraciones, con sus buenos deseos muchísimas gracias. No es un momento fácil, a nadie se lo deseo», inició diciendo en el audio publicado en sus redes sociales.
«Pero también el propósito de este mensaje es que la Policía Nacional a través de mis apoderados ha recibido ya mensajes que estoy listo para colaborar y llegar voluntariamente con su acompañamiento en el momento que el juez natural que designe la Corte Suprema, para poder enfrentar esta situación y defenderme», continuó.
En el ojo de Estados Unidos
El pasado 7 de febrero el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, había afirmado que Hernández fue incluido el 1 de julio de 2021 en el listado de personas señaladas de corrupción o de socavar la democracia en El Salvador, Guatemala y Honduras.
«Estados Unidos está promoviendo la transparencia y la rendición de cuentas en Centroamérica al hacer públicas las restricciones de visa contra el expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández, debido a actos corruptos», detalló Blinken.
«Nadie está por encima de la ley», subrayó el funcionario estadounidense. Hernández fue implicado por fiscales de Nueva York por sus vínculos con el narcotráfico.
Su hermano, el exdiputado «Tony» Hernández, fue condenado en marzo de 2021 a cadena perpetua en Estados Unidos por ese mismo delito.
En un comunicado, Blinken señaló: «Según múltiples informes creíbles de los medios, Hernández se ha involucrado en corrupción significativa al cometer o facilitar actos de corrupción y narcotráfico».
Sin embargo, Hernández negó todos los cargos y aseguró que las acusaciones «son una venganza impulsada por los mismos capos de la droga que su Gobierno capturó o extraditó a Estados Unidos».
Tras entregar el poder a Castro, primera mujer que preside Honduras, Hernández fue juramentado como diputado del Parlamento Centroamericano (Parlacen), un beneficio al que acceden todos los exmandatarios de la región al dejar el cargo, lo que le concede derecho a inmunidad y antejuicio.
Poco antes de dejar el cargo, JOH, como se le conoce por sus iniciales, viajó sorpresivamente a Nicaragua para firmar un tratado de límites marítimos con el gobernante Daniel Ortega, situación que despertó suspicacias sobre la posibilidad de usar ese territorio para escapar de la Justicia.